La sustancia (The Substance) es una película de terror dirigida por la cineasta sa Coralie Fargeat (Venganza del más allá), ganadora del premio al Mejor guión en el Festival de Cannes 2024. Toma prestada la premisa de El retrato de Dorian Gray, la clásica novela de Oscar Wilde, pero la utiliza para comentar sobre cuestiones como el edadismo, los estándares de belleza y la dismorfia corporal, específicamente en el contexto de las mujeres en Hollywood. La trama sigue a Elisabeth (Demi Moore), una exitosa actriz que, en los últimos años de su carrera, se ha convertido en presentadora de un programa de televisión de fitness. Eso hasta que un ejecutivo del estudio (Dennis Quaid, en una grotesca caricatura de Harvey Weinstein) decide que ya es demasiado vieja para ello, y termina su contrato. Desesperada, Elisabeth recurre al misterioso fármaco del título para "activar" a una versión más joven y mejorada de sí misma, "Sue" (Margaret Qualley). Ambas mujeres deben mantener un delicado balance de siete días, que comienza a romperse cuando Sue alcanza el éxito y comienza a resentir a Elisabeth como un estorbo. Con olas de sangre, mutilaciones, pus y demás fluidos corporales que no alcanzan las palabras para describir, La sustancia es una delirante e ingeniosa sátira de la frivolidad arbitraria, pero también depredadora y explotadora, con la que los medios de comunicación imponen estándares de belleza inalcanzables y los perpetúan. Al mismo tiempo, es una representación atinada de los extremos autodestructivos a los que muchas mujeres están dispuestas a someter sus cuerpos y autoestimas para encajar en el sistema y seguir el juego. Independientemente de las conclusiones, una cosa es un hecho: vas a atravesar por todas las emociones y pasarás un rato increíble... si las náuseas no te derrotan a la mitad del camino.
Si con su largometraje debut, 'Voraz', la cineasta sa Julia Ducournau ya era una voz prometedora en el género del terror, con 'Titane' (ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes en 2021) esa promesa se consolida. Esta es una delirante historia –que no siempre ofrece respuestas lógicas– sobre una desbocada asesina serial que, embarazada de un automóvil y perseguida por la justicia, adopta la identidad de un chico desaparecido hace una década y, por pura suerte, acaba viviendo con el padre de este. Debajo de todo este frenesí se esconde una fábula sobre la fluidez de la identidad humana, que desafía todos los conceptos tradicionales del género y la familia. Es la clase de película que perturba por sus imágenes viscerales, mórbidas y violentas, que te hará aferrarte a tu asiento cuando lo grotesco y lo violento derraman de la pantalla como borbotones sangre (o aceite de motor). Incluso si no todo hace sentido, se trata de una experiencia inigualable que debe ser vista en la pantalla más grande posible.