El de Vidas pasadas es, quizá, el trío amoroso con resolución más sana en esta lista. Inspirada en las experiencias de vida de la guionista y directora Celine Song, la trama sigue a una inmigrante coreana en Estados Unidos (Greta Lee) que ha hecho su vida en Estados Unidos junto a su esposo americano (John Magaro). Sin embargo, después de años y de un reencuentro frustrado, finalmente reaparece en su vida su primer amor de la adolescencia (Teo Yoo). La reunión despierta preguntas sobre la identidad, maleable por la geografía y el tiempo, pero también sobre el destino y los rumbos que toma la vida.
Aunque dirigida por Luca Guadagnino, algo que llama la atención sobre Desafiantes (Challengers) es que fue escrita por Justin Kuritzkes, esposo en la realidad de Celine Song, la directora de Vidas pasadas. Más allá de las preguntas que eso despierta, se trata de una fascinante película sobre el poder de la atracción, la dominación, el amor y el sexo a través de los años entre un par de amigos tenistas (Josh O'Connor y Mike Faist), que por azares del destino se enamoran de la misma mujer (Zendaya), una talentosa tenista con una carrera frustrada.
Los tríos amorosos pueden ser, muchas veces, productos de las inseguridades, manipulaciones o el egoísmo de algunos de sus , cuyas consecuencias pueden ser emocionalmente devastadoras. Esta es la clase de historia que cuenta el director Ira Sachs en Pasajes, en la que un matrimonio homosexual (Franz Rogowski y Ben Whishaw) comienza a desmoronarse cuando uno de ellos tiene un encuentro casual con una maestra (Adèle Exarchopoulos) y se enamora de ella.
Una de las películas de triángulos amorosos por la naturaleza (aunque puede argumentarse que es simbólica) de las relaciones entre sus personajes. Los soñadores, de Bernardo Bertolucci, sigue a un estudiante de intercambio estadounidense (Michael Pitt) que decide quedarse en casa de sus primeros amigos ses, los gemelos Isabelle (Eva Green) y Theo (Louis Garrel). Los tres viven un encierro en el que descubren el cine, el arte, la política y el sexo.
Este es un trío amoroso del que sólo tuvo conocimiento una de sus integrantes. En La peor persona del mundo, una joven mujer (Renate Reinsve) se enamora de un hombre (Herbert Nordrum) mientras mantiene una relación estable, pero insatisfactoria, con otro (Anders Danielsen Lie). Es más una película sobre los caprichosos cambios del corazón que traen la madurez y el paso del tiempo.